Probé el Corden, ¡y me encantó! Por eso quiero compartir contigo mi experiencia con este aparato, para que tú también pruebes sus beneficios. Hace unos días […]
Probé el Corden, ¡y me encantó! Por eso quiero compartir contigo mi experiencia con este aparato, para que tú también pruebes sus beneficios.
Hace unos días fui a Expo Ser 2015, y tuve la oportunidad de probar un aparato que me resultó muy curioso. Se llama Corden, es de origen ruso, y su función es relajar los músculos superficiales y profundos de la columna vertebral, desde el cuello hasta el coxis, además de que ayuda a alinear las vértebras.
Yo ya había probado la back mitra, que es una tira larga como de foamy, sobre la cual te recuestas, con el mismo fin. Y la verdad es que la amo, porque aunque es un poco dolorosa, sí te descomprime las vértebras y te quita toda la tensión muscular, sobre todo de los hombros y el cuello. ¡Es una delicia! Pero debo confesar que el Corden, ¡la superó! De hecho, se le conoce como la mitra rusa.
Ese día, me recosté sobre un mat, como me indicó el chico que estaba mostrando el aparato, e inicié mi aventura con el Corden. Funciona parecido a la back mitra: te acuestas encima de él, nada más que el Corden lo tienes que ir moviendo por toda tu columna, pasados algunos minutos en cada zona, para que logre trabajar todos los puntos. Cuenta con tres lados diferentes, con dos extremos que sobresalen, para cada zona de la columna vertebral: cervical, dorsal y lumbar. Estos extremos del aparato Corden llegan hasta los músculos profundos y mediante la presión del peso de tu propio cuerpo, logran relajarlos y abren las vértebras.
En total, estuve con el Corden como unos 10 minutos, quizá un poco más. La verdad es que, aunque sí duele un poquito, sobre todo al principio, poco a poco se relajan los músculos de cada zona y al final ya no lo sientes. Incluso, se supone que mientras más duele, es que más tenso estás y por la tanto, te hace un mayor bien. El chiste es respirar profundo y relajarte. Eso hice, estuvo delicioso.
Cuando me paré, no sentí nada extraordinario. Y a las pocas horas, ¡parecía que me habían molido a palos, jaja! Me dolía todo, sobre todo las lumbares. En la noche, hice algunas torsiones y flexiones suavecitas, ¡y me tronó todo delicioso! Y luego, cuando ya me estaba durmiendo, sentí que la energía corría por mi espina vertebral, ¡en serio! El Corden también funciona para desbloquear los chakras y la energía circula mejor.
Pero lo mejor fue el día siguiente, ¡qué maravilla! Sentí la columna vertebral más larga, como si la hubieran estirado, súper relajada. Y no tenía nada de dolor. Para mí, que me la paso sentada frente a la computadora, con una pésima postura -lo admito-, y dolores musculares por la tensión, fue mágico. Esta sensación me duró dos días.
Entré al sitio de Corden (http://corden-yoga.com) y me puse a investigar. Noté que había muchos maestros de yoga, a quienes conozco, recomendándolo. Así que al día siguiente le pregunté a mi maestro sobre este aparato, literal, su respuesta fue: «Es maravilloso». Y me enseñó veinte que acababa de comprar apenas, para empezar a usarlos en su clase y vender algunos. ¡Qué curioso, ¿no?!
Te recomiendo que lo pruebes, está buenísimo. Yo, por lo pronto, correré por mi Corden.
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