Las expectativas siempre distan de la realidad y esa es una ley. Si pensabas que la vida laboral iba a ser miel sobre hojuelas, te mostramos algunos […]
Las expectativas siempre distan de la realidad y esa es una ley. Si pensabas que la vida laboral iba a ser miel sobre hojuelas, te mostramos algunos de los pensamientos que todas tuvimos en algún momento.
Si te estás integrando a la vida laboral, si estás de regreso después de un tiempo de maternidad, si estás buscando tu primer empleo, si estás buscando cambiarte de chamba o si eres una damita godínez proclamada, hay algunas cosas que debes saber sobre la vida laboral y que todos sufrimos: ¡No es como la pintan! Checa las expectativas vs. realidad de la vida laboral.
Expectativa: Gran sueldo que pagará todas las cuentas y hasta las vacaciones
Realidad: Sueldo modesto que alcanza para medio pagar las cuentas y unas vacaciones rápiditas a un lugar cercano
Expectativa: Por fin aplicaré todo lo que aprendí en la universidad y en las clases de economía
Realidad: Aplicas un 5% de lo que aprendiste en la carrera, tomas un diplomado de la materia o checas en secreto tutoríales en YouTube buscando una respuesta.
Expectativa: Llevarás una dieta sana, con un desayuno preparado en casa todos los días.
Realidad: Terminas comprándole un sándwich a la camionetita que se pone en la esquina de tu trabajo todos los días y de hecho la señora te reconoce y se preocupa cuando no le compras tu habitual sándwich de atún.
Expectativa: Te vestirás como un profesional y llevarás la elegancia de un adulto contemporáneo que tiene un empleo.
Realidad: AMAS los viernes casuales y le sigues preguntando al de Recursos Humanos si puedes llevar tenis y tu playera de tu último concierto de The Killers
Expectativa: ¡Libertad al fin! Nada será tan demandante como la temporada de exámenes finales en la carrera o como estar en casa
Realidad: Conoces a tus mejores amigos, el señor Tiempo Extra y la señora Cierre de Mes y te hacen imposible los descansos.
Expectativa: tendrás vacaciones fabulosas a las que te podrás ir a la Riviera Maya a disfrutar del sol, la arena y un resort all included.
Realidad: Reservas tus vacaciones para fin de año y te consuelas con un acapulcazo cada puente, añorando las vacaciones que tenías cuando todavía eras estudiante.
Expectativa: Tendrás tiempo para todo después del trabajo, como para reunirte con tus amigas a tomar un café, retomar tus clases de pintura e ir al gimnasio.
Realidad: Llegas a tu casa y no quieres saber de nada más que la tele, la pijama y tu cama.
Expectativa: Tendrás un jugoso aumento cada año o al menos cada dos y podrás ir escalando gradualmente de puesto.
Realidad: Conseguir un aumento es más difícil que vencer a un Pokemon legendario usando un magikarp en una batalla con un entrenador Pokemon en los últimos niveles.
Expectativa: Harás rendir al máximo tu reparto de utilidades, aplicando la prudencia y el sentido del ahorro para darle provecho a esa entrada extra de dinero.
Realidad: Te gastas todo tu reparto de utilidades en menos de una semana o no lo recibes porque ya lo debes (si es que te toca)
Expectativa: No te convertirás en el clásico oficinista Godínez que busca que siempre sea viernes.
Realidad: Te conviertes en un godínez purasangre, añoras los viernes con toda tu alma, los puentes son música para tus oídos y podrías jurar que el día que es quincena el sol brilla más bonito que los demás.
Al menos tener un trabajo es mejor que no tenerlo. ¿No lo crees? ¿Qué opinas?