En realidad, si existiera un medicamento para adelgazar sin volver a engordar jamás y no tuviera efectos secundarios, no habría personas haciendo tantas dietas. Desafortunadamente para bajar […]
En realidad, si existiera un medicamento para adelgazar sin volver a engordar jamás y no tuviera efectos secundarios, no habría personas haciendo tantas dietas. Desafortunadamente para bajar de peso hay que comer menos, mejor y estar más activo. en ciertos casos, tu médico podrá prescribirte un medicamento para ayudarte a adelgazar o para iniciar tu fase de adelgazamiento. ¡Te decimos los más comunes!
Los productos complementarios:
Estos medicamentos tienen la peculiaridad de contener una sustancia (glucomanano, goma de guar, goma de xanthan, etc) cuyo aporte calórico es casi nulo y se infla al contacto con el agua. Se ingieren con un vaso de agua, se inflan en el estómago y de este modo cortan el hambre. Generalmente se venden sin receta médica y no son peligrosos si se respeta correctamente la posología. Sin embargo, se recomienda consejo de un médico.
Los tratamientos medicamentosos:
No son tratamientos contra la obesidad y, por ende, no deben prescribirse para bajar de peso.
Los diuréticos:
Aceleran e incrementan la eliminación de agua y sal por medio de la orina, pero no tienen ninguna influencia sobre la capa del tejido adiposo. Entonces, la pérdida de peso es ilusoria: se pierde agua y por lo tanto peso, es cierto, pero no grasa. Desde el momento en que se suspende el tratamiento, los kilos perdidos se recuperan. Además provocan transtornos metabólicos peligrosos: transtornos renales, cardiacos, calambres, vértigo, etc.
Las hormonas tiroideas:
Está prohibido recetarlas para tratar la obesidad. Su única indicación es el tratamiento de hipotiroidismo, una enfermedad poco común. En este caso, y sólo en ese caso, las hormonas tiroideas se prescriben para paliar la diferencia de la glándula tiroides. Tomar estas hormonas con el fin de adelgazar te hará perder grasa, pero también mucha masa muscular. Pueden causar transtornos graves: problemas cardiacos, bochornos, insomnio, nerviosismo, agresividad, etc. Además los kilos perdidos volverán a parecer apenas se suspenda el tratamiento, acarreando, principalmente, desórdenes en el funcionamiento de la glándula tiroides.
Las anfetaminas:
Se trata de medicamentos que tienen como finalidad cortar el hambre, pero no de un tratamiento contra la obesidad. Su prescripción debe ser muy responsable, pues los efectos secundarios son fuertes. Además, prescribirlas para combatir el sobrepeso significa «tapar el sol con un dedo», pues sólo disminuirán el apetito y provocarán reducción de peso, pero no garantizarán la toma de conciencia psicológica ni la reeducación alimenticia del paciente. Las anfetaminas producen numerosos efectos secundarios. Hoy en día, las farmacias sólo tienen derecho de vender anfetaminas con receta médica.
Ahora que lo sabes, consulta a tu médico antes de decidir tomar la decisión de tomarlos
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