Es importante que consideres qué tan llena o vacía te sientes en esta etapa de tu vida y qué te ayudaría a darle significado a tu existir […]
Es importante que consideres qué tan llena o vacía te sientes en esta etapa de tu vida y qué te ayudaría a darle significado a tu existir para no liarte con alguien desde la «carencia», sino de la abundancia y la motivación. Existen 3 caminos que te pueden ayudar a dar sentido a tu existencia. Cada uno de ellos puede ser independiente, pero sin duda los tres se enriquecen si están interconectados:
- El primer camino consiste en el cumplimiento de un deber o una creación de un proyecto laboral: construir un área concreta de aporte social, de contribución comunitaria y, al mismo tiempo, de autosustento y desarrollo profesional, genera la experiencia de colaboración social, al tiempo que aporta autonomía personal.
- Un segundo camino se refiere a la experiencia o al encuentro: experimentar algo a nivel sensorial y emocional, artístico y cultural, o bien en el encuentro con otra persona. Además del trabajo – mencionado en el punto anterior -. el arte y el amor son vías para encontrar un sentido de vida.
- Y un tercer camino, quizá el más difícil de conquistar y que mayor madurez aporta, es el que transitamos cuando nos enfrenamos a un destino que no podemos cambiar: aun ahí estamos comprometidos a dar lo mejor, elevándonos por encima de nosotros y creciendo más allá de nuestra frustración y dolor. ¿Cómo? Por medio de la transformación de nosotras mismas. Hay cambios que devienen de decisiones propias, que sin dejar de ser un desafío parten de nuestro deseo y nuestra convicción. Pero hay eventos que nos acontecen – una enfermedad, un rompimiento amoroso, un despido laboral, una muerte cercana – ante los cuales hemos de tomar una actitud de crecimiento desde la conciencia y la aceptación.
La paciencia y la confianza, así como la tolerancia a la frustración, son tus mejores aliados para iniciar tu propio camino y abrirte, en ese caminar, al encuentro amoroso. No se trata de buscar en forma frenética; se trata de confiar en que alguien más habrá transitado el sendero en la misma dirección, en que tu propio camino se cruce con el de un compañero que, sin ser igual a ti, comparta lo que valoras, sueñas y ambicionas, y que en ese compartir se dé el encuentro. ¿Ahora lo comprender? No se trata de buscar con frenesí: la apuesta es el encuentro… encontrar… encontrarse…
6 preguntas que debes hacerte:
- ¿Considero que me conozco y que me gusta quién soy?
- ¿Sé a dónde quiero encaminar mi vida?
- Cuando muera ¿cómo quiero ser recordada?
- ¿Piensas que eres libre?
- ¿Cómo te visualizas dentro de cinco años?
- ¿Cómo quieres ser recordada?
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